No entraban a priori en casi ninguna de las quinielas por el ascenso pero tras una excelsa temporada el Sáenz-Horeca Araberri ha sido capaz de romper con los pronósticos de una exigente competición en la que su técnico ha logrado el más difícil todavía con la promoción de categoría en su primera campaña lejos de la disciplina del Baloncesto Fuenlabrada.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Fue uno de los hombres de referencia dentro de la cantera del Baloncesto Fuenlabrada y por sus manos pasaron talentos de futuro hoy consagrados como Álvaro Muñoz, Adrián Laso o Bismack Biyombo pero fue con el final de la pasada campaña cuando Sergio Jiménez decidió dar un giro a su carrera como técnico.
A sus 35 años, el entrenador madrileño iniciaba de este modo su primera experiencia lejos de Fuenlabrada confirmando su fichaje por un Sáenz-Horeca Araberri con el que compartía el deseo de crecimiento mutuo de cara a una ilusionante campaña: “Para mí el proyecto comenzó con mucha ilusión y de una manera especial porque era el primero lejos de Fuenlabrada que había sido mi casa durante toda mi vida deportiva. En lo deportivo suponía un reto realmente grande el coger un equipo que el año pasado sólo había ganado dos partidos y tratar de hacer de él un equipo con mentalidad ganadora. Fuimos capaces de formar un gran grupo con una mentalidad ganadora pero sobre todo fuimos capaces de construir un gran equipo gracias al trabajo diario de los jugadores. Construimos unas bases sólidas a través de esa filosofía y esa es la clave que explica que el equipo llegara a los playoffs por el ascenso con esta mentalidad”.
Un complicado camino en el que el grupo ha tenido que vencer a la adversidad para poder alcanzar una final en la que apenas dieron opción a su rival: “No ha sido una temporada sencilla porque hemos tenido que sobreponernos a problemas con los que uno no cuenta a priori como la marcha de jugadores importantes en una plantilla de 10 jugadores lo que te marca en el tramo final de la temporada pero eso ayudó al equipo a dar un paso al frente ante grandes rivales. El grupo ha hecho un esfuerzo muy grande tanto para poder llegar a esta final como para poder cerrarla con este 3-0 que es sin duda un gran premio al trabajo de toda la temporada”.
De ese modo, el Sáenz-Horeca Araberri fue quemando etapas hasta poder culminar un ascenso que supone el mejor premio posible para un grupo que ha disfrutado sobre la cancha: “En ningún momento pensamos en que este equipo debía ascender sino en que queríamos formar un grupo que jugara el mejor baloncesto posible. Teníamos materia prima con la que trabajar y jugadores que sabíamos que iban a dar la última gota de su esfuerzo para poder hacerse un nombre en nuestro país y eso nos permitió poder afrontar una temporada en la que hemos conseguido hacer un baloncesto divertido. Hemos sido el mejor equipo en ataque de la liga y un grupo que ha tomado riesgos con una defensa agresiva que nos ha permitido ser el mejor recuperador de la competición por lo que no podemos decir otra cosa que no sea que estamos orgullosos y satisfechos”.