RAMÓN JUAN / SOLOBASKET.COM

A la tercera ha ido la vencida para la Fundación Lucentum. Tras dos años acariciando la disputa de la Copa LEB Plata, los alicantinos lucharán por un título copero. Lejos queda ya su última participación en la Copa Príncipe 2009 que supuso un gran triunfo para el entonces CB Lucentum y una alegría que acabó culminando una temporada redonda con el ascenso logrado en la Final a 4 de Fuenlabrada.

Un superviviente de aquella final, el incombustible Guillermo Rejón, vuelve a liderar a sus 40 años un proyecto renovado que ha dejado atrás los lastres económicos y que busca crecer y seguir dando pasos para devolver al baloncesto alicantino a las cotas más altas y volver a recordar aquellos años en los que el Centro de Tecnificación, ahora Pabellón Pedro Ferrándiz, vio caer a los mejores equipos de la ACB víctimas del infernal ambiente de las gradas alicantinas.

Todavía queda lejos, pero el renovado proyecto de la Fundación Lucentum va dando pasos en la buena dirección y la fecha de la final de la Copa LEB Plata está marcada en el calendario como un momento decisivo para revitalizar el proyecto alicantino.

Todo lo que rodea esta final la convierte en especial. El rival: un Covirán Granada con el que el HLA Lucentum guarda paralelismos históricos en su trayectoria. Clubes nuevos pero con amplia solera detrás. Fieles peñas de seguidores a sus espaldas. Grandes momentos en la ACB, con grandes jugadores defiendo ambas camisetas. Dos ciudades que están de vuelta hacia la élite y que se cruzan en el mejor marco posible en esta LEB Plata 2016-17, un Palacio de los Deportes de Granada que lucirá como en las mejores ocasiones para vivir un duelo que dejará a un equipo cargado de energía de cara a la lucha por el ascenso directo.

Dos protagonistas de esta final reflejan lo especial que puede ser para ambas ciudades. Jesús Fernández vivió los últimos y difíciles pasos del CB Granada y también sufrió aquel fallido ascenso del CB Lucentum en 2013. El veterano pívot alicantino verá, varios años después, a ambas ciudades disfrutando de una final. También Miguel Ángel Zapata, ahora técnico de los lucentinos, vivirá con especial emoción esta final ante su ex equipo y en su ciudad. Sin duda, un cúmulo de alicientes para que la Copa sea especial, tanto dentro como fuera de las canchas.

‘Con los pies en el suelo’, ese es el lema que se repite desde el club alicantino cada temporada. Se quiere crecer pero se sabe de dónde se viene y los errores que se vivieron en otras épocas. Aunque eso no es óbice para que la afición alicantina esté recobrando, lentamente, la ilusión por volver a mirar hacia arriba y Granada es el siguiente escalón que se quiere subir. Volver a levantar una copa es una ilusión para una afición que ha sufrido muchos reveses.

Alicante vio como se pasó de jugar unos Playoff ACB a jugar en LEB Oro cuatro meses después. De un ascenso a la ACB a jugar en Primera Nacional. Eso no mató el baloncesto en Alicante, lo hizo más resistente. Tras un ascenso a EBA en 2014, el HLA Lucentum se juega en Granada la primera gran alegría de esta nueva etapa. La primera final en competición profesional para la Fundación Lucentum en una temporada en la que la apuesta por el ascenso es clara en Alicante.

Pase lo que pase, la Copa LEB Plata ha despertado la ilusión en Alicante. Después, quedarán unos meses de dura pugna por un ascenso anhelado, pero antes toca disfrutar de la Copa, del ambiente y de lo que supone vivir, por un día, un ambiente especial. Como se suele decir: Vive el momento. Carpe diem.